Ayer hice un viaje en autobús y he disfrutado bastante. Sentado tranquilamente, estaba mirando la gente que iba por la calle centrada en sus asuntos.Los escaparates de las tiendas y los edificios mojados por la lluvia. Y estaba tranquilo. Cualquiera diría: “Pero que tanto ha pasado!” ,pero para mi es un logro importante. Hasta hace pocos años, esto era imposible para mi. Viajar en el transporte público me resultaba estresante. La espera en la parada se me hacía imposible. Mirando fijamente en la dirección de la llegada del vehículo y viendo cada 30 segundos el reloj, muchas veces he preferido marcharme andando en vez de esperar. Y todo esto por las prisas. az clic aquí para editar. Lo curioso es, que si el autobús llegaba pronto y yo subía, tampoco me quedaba tranquilo. En este caso estaba mirando con inquietud el tráfico. Cualquier pequeño atasco, parada en un semáforo, las subidas y las bajadas un poco más prolongadas de los viajeros me ponían de los nervios. ”¿Pero que pasa?” – me decía. ¿Porque no se mueven estos?,¿Cómo es posible, que justo ahora nos pille el rojo?, etc., etc.
Como he dicho antes, siempre soy puntual. Pueden apostar que en una cita seré el primero que va a llegar. Viéndolo desde mi punto de vista ahora, esto no debe de costarme nada, ya que efectivamente, siempre me preparo y salgo con tiempo. Pero Dios mío! Cuantos nervios y cuantas discusiones con mis seres más cercanos por NO LLEGAR TARDE!!! Estoy seguro, de que este nerviosismo ha tenido mucho que ver con los problemas de salud que he tenido y sobre todo con el cáncer. clic aquí para editar.
0 Comentarios
Tu comentario se publicará una vez que se apruebe.
Deja una respuesta. |
El ProyectoESTE PROYECTO NACE DE LA NECESIDAD QUE HA SURGIDO EN MI, PARA COMPARTIR MIS Archivos
Febrero 2019
Categorías |